Los expertos reunidos en la jornada organizada por Bankinter y Economía Digital en la sede de Fepime apuestan por las nuevas tecnologías para anticiparse al cliente.
Los expertos reunidos en la jornada organizada por Bankinter y Economía Digital apuestan por las nuevas tecnologías para anticiparse al cliente. Las grandes empresas tienen sus planes a medio y largo plazo. Utilizan todas las herramientas disponibles. ¿Pero cambiarían sus estrategias a corto plazo si descubren nuevas posibilidades? Son las pequeñas y las medianas empresas las que pueden aprovechar mejor toda la potencialidad del big data.
“Lo que he visto es que las medianas empresas son las realmente innovadoras en España”, asegura Gustavo Ramírez, director del Master de Business Intelligence por EAE Business School, que ofrece una realidad: “La oportunidad es enorme, porque sólo se utiliza el 1% de los datos”.
Ramírez ha participado este martes en una jornada sobre el reto del big data, Estrategias de éxito en la transformación digital y uso de big data en las pymes, organizada por Economía Digital, junto a Bankinter, y en la sede de Fepime. Junto a este experto en la gestión de datos, han intervenido también la presidenta de Fepime Catalunya, Helena de Felipe; Eduard Gallart, director territorial de Bankinter en Barcelona; Nicolás Moya, director de negocios digitales de Bankinter y Vicente de los Ríos, director de los programas de transformación digital de la EOI.
La idea central es que las empresas deben “anticiparse” a los clientes, y buscar toda la potencialidad del big data, que ofrece, si se utiliza con criterio, datos para poder segmentar las diferentes preferencias, y adaptar mejor todos los productos y servicios. Nicolás Moya se ha centrado en la necesidad de que las empresas “se adapten a los clientes”, porque la transformación digital lo que ha provocado es un incentivo que se ha convertido en demanda. Es decir, los ciudadanos-clientes “piden instanteneidad”, han transformado sus hábitos y reclaman colaborar en la propia definición de los productos.
Vicente de los Ríos ha incidido en una empresa como Netflix, una pyme, que comercializaba películas en formato video con una característica: “supo manejar todos los datos que les proporcionaban sus clientes y de ahí se transformó en lo que es hoy, siempre pendiente de hábitos y de usos de los usuarios”, según De los Ríos. El cambio, según Moya, es que se ha pasado “del mercado de la oferta, al mercado del cliente”, y, por tanto, el mundo empresarial debe dirigirse hacia esas nuevas demandas.
Las herramientas disponibles, los logaritmos que permiten la segmentación de clientes, “existen desde hace veinte años”, como ha explicado Gustavo Ramírez, pero es ahora cuando, gracias a un mayor volumen de datos, se pueden utilizar con mayor eficacia. De los Ríos entiende que las pequeñas y medianas empresas no tienen por qué lanzarse a la utilización masiva de las nuevas tecnologías, pero sí tenerlas en cuenta, buscar una primera aproximación. Y sirve para todos los sectores, desde el mundo de las finanzas, como ha resaltado Moya, en el caso de Bankinter, hasta una pequeña zapatería. El uso de los datos de los clientes permite, posteriormente, dirigir mejores ofertas, productos y servicios dirigidos especialmente a distintos usuarios.
Moya ha recalcado cómo ahora los ciudadanos se han acostumbrado, y así lo piden, “diferentes tipos de leche, variaciones en función de sus gustos y de sus necesidades, con o sin lactosa, con este sabor o este otro”, y eso, a su juicio, será una tónica que no tendrá marcha atrás.
De los Ríos ha ejemplificado todo ese entorno empresarial que ya es una realidad con la película Moneyball, (2011), con Brad Pitt, sobre el mundo del béisbol. Basada en la historia real de Billy Beane, gerente del equipo Atléticos de Oakland, se trata de la aplicación del big data en el deporte, analizando cada dato con el objetivo de competir por encima de equipos plagados de estrellas. Eso lo pueden hacer las pequeñas y medianas empresas, como han acreditado los expertos reunidos este lunes, con un mensaje final: no se debe tener miedo a las nuevas tecnologías.
Autor: Manuel Manchón
Fuente: Economía Digital