Durante años me he dedicado a trabajar como Psicólogo Organizacional ayudando a directivos y profesionales a gestionar mejor el estrés al que están sometidos a diario. Si bien es un mal que todos hemos sufrido en algún momento de nuestra vida, no debe de ser un mal necesario, ni mucho menos normalizado. Sin embargo, probablemente nos encontremos en un momento así, en el que consideramos normal tener estrés.
Comenzaré diciendo que debemos hablar de dos tipos de estrés. El positivo, también llamado eutrés, que es el que nos moviliza a la acción y que genera en nosotros un nivel de activación y de responsabilidad necesarios para dar lo mejor de nosotros mismos en un momento de la verdad. Y el estrés negativo o distrés, que es el que hace que nuestro corazón se acelere, que nuestra respiración sea más rápida y que incluso nuestra tensión arterial se descompense. En definitiva, que nuestro sistema inmunológico vea su capacidad de acción reducida por pasar la mayor parte del tiempo en un estado de alarma provocado por una percepción de peligro vital, que no se corresponde con la realidad.
Ambos están relacionados con el nivel de presión externa al que estamos sometidos y con el modo en que gestionamos la presión interna a la que nos sometemos nosotros mismos. Es decir, cuando la presión externa a la que nos vemos sometidos es muy alta, difícilmente seremos capaces de aguantarla y nuestro rendimiento bajará considerablemente, alejándonos de nuestra mejor versión. Así mismo, cuando no gestionamos adecuadamente la presión a la que nos sometemos nosotros mismos, el resultado será parecido.
Por tanto, debemos ser capaces de crear y vivir en entornos donde la presión sea lo suficientemente retadora para que nuestro rendimiento esté en constante evolución, pero sin sobrepasar los límites que harán que en el medio plazo podamos enfermar debido a niveles elevados de distrés en el cuerpo.
¿Y cómo se hace esto? Yo utilizo diez claves que, a día de hoy, me funcionan y que me mantienen alejado de la enfermedad y con capacidad para gestionar los retos del día a día.
Respira. Obvio, ¿verdad? Sin embargo es algo que normalmente no hacemos, puesto que nos hemos acostumbrado a una respiración más superficial, a través de los pulmones. Si queremos conseguir una respiración más profunda, debemos hacerlo a través del abdomen para enviar un mensaje de tranquilidad al cerebro en cada respiración.
Medita. Todos los días, al menos 10 minutos, para reducir las ondas cerebrales de Beta -estado de vigilia- a Alfa -estado de tranquilidad-. De este modo, mantenemos la actividad del cerebro en niveles más bajos, lo que dará un descanso imprescindible para el buen funcionamiento de este músculo.
Incorpora el deporte a tu vida. El ejercicio físico moderado ayuda a reducir la hormona del estrés -el cortisol- y a elevar los niveles de serotonina en el cuerpo, que se ven reducidos cuando la depresión aparece. No se trata de convertirse en un ironman o ironwoman, sino de generar un hábito que nos mantendrá alejados del distrés y de la enfermedad.
Duerme lo suficiente. Dormir al menos siete horas y media permite que nuestro cerebro realice 5 ciclos del sueño completos. Cada uno con 90 minutos de duración, que harán que nuestro músculo pueda realizar tareas de limpieza de las toxinas responsables de diferentes enfermedades neurológicas, entre otras las del Alzheimer.
Cuida tu alimentación. Algunas comidas procesadas, ricas en grasas saturadas y azúcares, así como ciertos tipos de carnes menos hechas, harán que tengamos largas digestiones y que nuestro cuerpo tenga que trabajar más. Esto provocará que gastemos recursos necesarios para mantenernos tranquilos y equilibrados, en otras tareas menos eficientes.
Sonríe más. Las emociones positivas en el ser humano generan mayor productividad y ambientes donde se disfruta trabajando, porque se hace con pasión. Cuando los profesionales se sienten satisfechos y contentos en el entorno en el que realizan sus tareas diarias, sus niveles de rendimiento aumentan cualitativa y cuantitativamente.
Desconecta para conectar-te. Las redes sociales, el e-mail e internet han generado un nuevo mundo que nos da grandes beneficios. Sin embargo, pasar demasiado tiempo enganchado a las redes sociales o no ejercer el derecho a la desconexión digital en la empresa puede hacer que nos olvidemos de lo importante de la vida, que es conectar con nosotros mismos.
Estimula tu hemisferio derecho. El creativo, el que nos ayuda a gestionar nuestras emociones por las múltiples conexiones que tiene con el sistema límbico, lugar en el cerebro donde se produce la respuesta emocional. Estimularlo es relativamente sencillo, principalmente a través de acciones como caminar, hacer deporte o entablar una conversación agradable. En definitiva, llevando a cabo comportamientos que nos son fáciles y que además permiten que nuestro cerebro fluya, sin verse atrapado por pensamientos negativos que rompan nuestra estabilidad.
Pasa a ser protagonista. Huye del victimismo. No caigas en los “es que”, en los “no puedo” o “no soy capaz”. Cada vez que adoptamos el rol de víctima, acabamos anclándonos a un pasado que no volverá y que nos causará sufrimiento. Por ello, debemos vivir el presente que tenemos y proyectarnos al futuro que crearemos, agradeciendo lo que nos deparó el pasado.
Celebra tu vida. Porque es lo mejor que tenemos. Independientemente de las cartas que nos tocaron al nacer, cómo las jugamos es algo que decidimos nosotros. Si seguimos los 9 puntos anteriores, sólo nos quedará celebrar que lo estamos haciendo bien y que obtenemos resultados por ello. Celebrar es una forma de agradecernos el esfuerzo que hemos realizado y, por tanto, gratificarnos por ello, aumentando de este modo nuestros niveles de dopamina, hormona asociada a los centros de recompensa del cerebro. Esto no implica que todo acabe aquí, puesto que celebramos que estamos en el camino y que este camino se prolongará hasta el final de nuestros días.
Al fin y al cabo, nosotros elegimos eutrés o distrés. La elección no es baladí, puesto que está en juego la cantidad de años que vamos a vivir y, sobre todo, la calidad de los mismos.
José Miguel Sánchez es speaker en la plataforma de conferenciantes y presentadores SPKRS.net. En sus sesiones habla sobre gestión emocional, y ha realizado talleres y sesiones en todo tipo de empresas y corporaciones. En la web de SPKRS.net encontrarán los mejores expertos en gestión empresarial, innovación, inspiración, comunicación y motivación, entre muchos otros temas.