Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las empresas logísticas es ofrecer una respuesta rápida y sostenible al aumento constante del tránsito de paquetes de poco volumen, ocasionado principalmente por el crecimiento del e-commerce. Y es que la velocidad, comodidad y conveniencia son algunas de las características que los consumidores más valoran del comercio electrónico, según indican los informes más recientes sobre las tendencias de consumo. Así pues, las compañías logísticas que logren satisfacer las necesidades de estos e-shoppers, dándoles a elegir cómo, dónde y cuándo recibir sus paquetes, serán las mejores aliadas de los e-commerce.
En este escenario en constante evolución, la optimización de la última milla adquiere un valor estratégico fundamental por su influencia en la experiencia del comprador; pues es el contacto más directo que el consumidor tiene con un negocio online. Por ello, la experiencia en las entregas es una oportunidad única de fidelizar al comprador. No se debe olvidar que el cliente final está cada vez más acostumbrado a que los negocios se adapten a sus necesidades y a que éstas se satisfagan de un modo sostenible. Nos encontramos, por tanto, frente a un consumidor cada vez más exigente.
Esta serie de condicionantes ha provocado que las empresas logísticas diversifiquen los métodos de entrega en base a criterios de flexibilidad y reducción de su impacto ambiental, motivo por el cual la proximidad se ha convertido a día de hoy en uno de los elementos clave de la última milla. Para GLS Spain, la proximidad es un valor diferencial pues gracias a su modelo de negocio que integra a especialistas de transporte locales, es posible obtener un profundo conocimiento del mercado local.
En este sentido, la compañía ha multiplicado sus acciones en la última milla gracias a su red consolidada de agencias, puntos de conveniencia (Parcel Shops) y lockers a nivel nacional e internacional. De esta manera garantiza un servicio preciso y flexible en cualquier localización.
Concretamente en España, el modelo de negocio de GLS Spain se compone de más de 600 agencias especialistas locales de transporte distribuidas por distintos puntos del país, alrededor de 400 lockers y de más de 4.500 puntos de conveniencia Parcel Shop ubicados principalmente en zonas urbanas dónde los usuarios pueden utilizar diferentes servicios de la compañía de forma cercana. Un Parcel Shop puede ser una cafetería, una librería o cualquier comercio de barrio que, además de ofrecer sus productos y servicios, ofrece los de GLS, permitiendo así a los consumidores una mayor flexibilidad para recoger, enviar o devolver un paquete.
A pesar de que la entrega a domicilio suele ser la opción preferida por los usuarios, las entregas en Parcel Shop están ganando terreno por las ventajas que ofrece este método. Sin embargo, el factor decisivo es, de nuevo, que éstos se encuentren en lugares estratégicos, es decir, cerca de las áreas de actividad de los remitentes y destinatarios.
Y es que los Parcel Shops no sólo favorecen la flexibilidad horaria, sino que son también una opción de entrega más sostenible. Por cada paquete recogido en un punto de conveniencia se ahorra hasta un 20% de emisiones CO2 por la reducción del transporte domiciliario que supone, permitiendo optimizar las rutas. En este sentido, cabe destacar que Madrid ya cuenta con el primer Parcel Shop sostenible con entregas 0 emisiones y embalajes reciclados.
Además de procurar una amplia capilaridad para estar más cerca de los usuarios, GLS refuerza su estrategia en la última milla con ayudas para electrificación de última milla a toda su red o con certificaciones BREEAM en sus edificios. Y todo ello debe ir encaminado a la consecución del objetivo de la neutralidad climática que la compañía se ha marcado conseguir en 2045.
La red de GLS en España se reproduce y amplifica a nivel internacional, pues la compañía está presente de forma directa en 41 países y cuenta con 25.000 Parcel Shops repartidos por el planeta que facilitan enviar, recoger y devolver paquetes de un país a otro.
En resumen, los cambios en los hábitos de compra, o la consolidación de los e-Shoppers, han acentuado la capacidad que los consumidores tienen para decidir cuándo, dónde y cómo recibirán sus paquetes, lo que les aporta tranquilidad, seguridad y confianza. En este escenario cobra más relevancia, si cabe, un partner logístico como GLS, capacitado para completar la decisiva última milla cada vez de forma más flexible y a la vez sostenible.